La Ruta de los Pantanos, que recibe el nombre de los cinco pantanos que la carretera bordea, nos permite atravesar de este a oeste la montaña de Palencia y descubrir su gran belleza natural y paisajística en su faceta más agreste.
Discurre por las cabeceras de los dos ríos palentinos más importantes, el Carrión y el Pisuerga. Se inicia el recorrido en el pueblo de Velilla de Río Carrión, donde nos adentramos en la alta montaña y bordeamos los pantanos de Compuerto y Camporredondo que más que pantanos parecen hermosos lagos de montaña y desde donde podemos admirar algunas de las mayores altitudes de la Cordillera Cantábrica como son los picos Espigüete y Curavacas, una de las montañas más impresionantes de la Península Ibérica, con casi 2.500 m. de altura y un paisaje donde el pino silvestre, el brezo, la genista y la escoba tapizan el entorno. De la carretera van a salir dos vías secundarias que nos van a introducir en dos hermosísimos valles; la primera sale de Cardaño de Abajo y nos lleva a Cardaño de Arriba un encantador pueblo de montaña en un paraje bellísimo.
La otra, un poco más adelante, sale de Triollo y acaba en Vidrieros, emblemático pueblo de montañeros y alpinistas, a los pies del Curavacas. De vuelta a la ruta principal seguimos bordeando el embalse de Camporredondo, donde la carretera asciende un poco para obsequiarnos con una bonita vista del pueblo de Alba de los Cardaños, situado en una península que se introduce en el pantano. La carretera continúa ascendiendo al puerto del Alto de la Varga, divisoria de las cuencas y sitio de obligada parada en el mirador habilitado para ello y desde donde divisaremos otra de las montañas emblemáticas de la zona, La Peña.
A partir de aquí la altitud desciende y serán los bosques de roble y haya la vegetación predominante. En el descenso se nos descubre el Valle Estrecho y las fuentes del río Rivera que se embalsará aguas abajo en el pantano más pequeño, pero posiblemente más bonito de todos, el de Ruesga, rodeado de masas boscosas y repleto de fauna lacustre.
Al llegar a Cervera seguimos en dirección a Potes y después de un fantástico tramo de carretera de montaña entre un frondoso bosque de robles, se nos aparece de repente el pantano de Requejada que recoge las aguas del jovencísimo Pisuerga, y que forma un hermoso lago rodeado de montañas y verdes valles ya en la comarca de la Pernía.
Si tenemos tiempo podemos acercarnos, a San Salvador de Cantamuda para admirar la que dicen es la más bella iglesia románica del norte palentino. En Cervera tomamos la carretera, que siempre con el cauce del Pisuerga a la vista, nos lleva camino de Aguilar de Campoo.
El paisaje empieza a cambiar poco a poco, cada vez más llano y cerealista. Al llegar al pueblo de Salinas, tomamos la carretera que rodea el Pantano de Aguilar, el más grande de todos, y que pasa por Barrio de Santa María, que además de una pequeña y solitaria iglesia románica con unas importantes pintura murales, tiene la mayor concentración de cigüeñas de la provincia, con un centro de interpretación de esta ave. A través de extensos pinares que circundan el embalse nuestro viaje finaliza en la galletera y monumental villa de Aguilar.